Cuando el cocinero salía de la cocina tras haberla cerrado después de la comida, se observó humo que se filtraba por la puerta de un espacio pequeño y poco frecuentado de la cocina. Preocupado, el cocinero investigó y encontró que varías cajas de pizza estaban ardiendo. Se habían almacenado bajo lámparas infrarrojas para calentar que, de forma inadvertida, se habían encendido durante el transcurso de la limpieza. Rápidamente avisó del fuego al puente utilizando la radio de intercomunicación, después apagó las lámparas y retrocedió hasta una distancia segura del fuego cerca de la puerta de salida.
Reaccionando prontamente, el tripulante de cubierta de guardia se presentó en el lugar sin demora. Su intento inicial de sofocar el fuego mediante el sistema de agua nebulizada high fog, se encontró con la circunstancia del aumento en intensidad del fuego. Mientras tanto, otro cocinero se unió a la acción separando las cajas de pizza que ardían de otros materiales para prevenir que el fuego se propagara. Como la situación empeoraba, el tripulante de guardia utilizó un extintor de espuma para acabar de manera eficaz con las llamas de las cajas y del área que circundaba las lámparas de infrarrojos.
Más miembros de la tripulación se sumaron y tomaron medidas de emergencia decisivas, desconectando el sistema eléctrico y cerrando el sistema de ventilación para prevenir la propagación del calor del fuego. Simultaneamente, la puertas cercanas fueron cerradas para restringir la expansión del humo a otras partes del buque.
El personal de máquinas del barco revisó el manual de operaciones del sistema de ventilación desde la sala de control de máquinas (ECR), con el objetivo de extraer el humo persistente del área de la cocina de manera eficaz.
Desde el momento del aviso al puente del incendio, la contención y control del fuego tomo aproximádamente seis minutos.
CHIRP elogia a la tripulación y a la dirección por tener una tripulación bien entrenada que manejó una situación potencialmente peligrosa de forma rápida. Sin embargo, valdría la pena destacar un par de puntos. El puente fue alertado por radio y respondió al incidente. Cualquiera que descubra un fuego debe dar la alarma de viva voz (por ejemplo, gritando “fuego, fuego, fuego”) y la alarma de incendios, si la hay, se debe activar siempre. Ambas acciones alertan a todo aquel que se encuentre en las inmediaciones de manera que pueden ayudar en la extinción. La ventilación debe detenerse si no lo hace automáticamente. El uso de agua nebulizada como medio de extinción no fue eficaz y, en este caso, plantea la cuestión de si es el método correcto para un fuego que ha tomado cuerpo.
La transferencia de energía calórica desde una fuente de luz puede ser extremadamente alta y no es necesario el contacto directo para que empiece un fuego. Materiales como el cartón y recubrimientos plásticos arderán o se derretirán rápidamente, incluso si están en contacto con fuentes de luz normales de a bordo. Un pictograma o signo de distancia mínima de seguridad debería instalarse cerca de cada lámpara para que el material inflamable no se pueda calentar hasta el punto de combustión, o un elemento de protección debe colocarse alrededor de la lámpara para proporcionar una barrera física que mantenga la distancia mínima de seguridad aplicable.
Los interruptores de luz deben etiquetarse adecuadamente y situarse en posiciones correctas cerca de los pañoles a los que den servicio. También el etiquetado debe ser claro. Si hay alguna duda, debe preguntarse al electricista para que compruebe la función del interruptor en cuestión.
El almacenamiento de cualquier material debe considerarse desde el punto de vista del riesgo de incendio y de cómo controlar ese riesgo. Si, después del informe del incidente, se encuentra que las lámparas no tienen función operativa alguna, se debería considerar aislar el circuito de manera que quedaran inoperativas y se etiquetaran como tales.
El incidente subraya la importancia de la vigilancia constante de los tripulantes y destaca la eficacia del trabajo en equipo y el papel esencial de cada miembro para la seguridad del buque y sus tripulantes. Las acciones rápidas y combinadas de diferentes miembros de la tripulación – desde el cocinero que detecta inicialmente el incendio al esfuerzo de la respuesta coordinada- finalmente consiguieron contener y extinguir el fuego.
El apartado 8 “Preparación para Emergencias”del Código Internacional para la Gestión de la Seguridad, prescribe ejercicios y simulacros de emergencia regulares. La ajustada respuesta destaca el valor de la preparación y, aunque hubo espacio para mejoras, la tripulación contuvo y extinguió el incendio. Es una valiosa lección para la seguridad marítima y enfatiza la relevancia del entrenamiento y la preparación continuos.
Conciencia situacional – La respuesta a la emergencia por parte de la tripulación fue rápida y adecuada. Se necesitaba más atención a la función de los interruptores (que controlaban las lámparas de calor) por parte de la tripulación. Es bastante probable que las lámparas de calor se hubieran activado antes sin consecuencias. Sin embargo, esta vez había cajas de pizza almacenadas cerca y prendieron debido al calor irradiado por las lámparas.
Comunicación – El esquema de los interruptores era muy similar en otros buques de la misma clase. Se requiere la comunicación de los posibles riesgos a otros barcos del mismo tipo y la conveniencia del etiquetado y la instalación de resguardos para prevenir el contacto con materiales inflamables. ¿Cómo comunica su compañía los riesgos por diseño inadecuado?
Diseño – Mejorar el diseño en la fase de nueva construcción, proporcionando resguardos para los contactos térmicos y la instalación de los interruptores en el mismo espacio de las lámparas, ayudaría a prevenir el uso accidental.