Fallos críticos de seguridad y tripulación afectada de fatiga durante las excursiones del pasaje

Un miembro de la tripulación de un buque de crucero expedicionario informó de cuestiones graves de seguridad durante una reciente excursión del pasaje.

El buque planeaba desembarcar a los pasajeros en una localización remota conocida por su impresionante fauna silvestre. Había una mar de fondo considerable en la costa, por lo que el buque fondeó a una milla de tierra. El capitán consideró que la distancia a la costa, el estado de la mar y las condiciones del oleaje rompiente en la playa superaban los límites de seguridad de las lanchas neumáticas de pasajeros del buque, por lo que se encargó a un transbordador local más grande que trasladara a los pasajeros a tierra. Desgraciadamente, el transbordador encalló al salir del puerto. Para evitar cancelar el viaje, y sin consultar con el capitán, los jefes de expedición ordenaron que se utilizaran las lanchas de pasajeros y nombraron timoneles a varios miembros de la tripulación, aun cuando no todos estaban cualificados para ello.

Nuestro informante fue una de las varias personas que expresaron su preocupación a los jefes de expedición, señalando que eso iba en contra de las órdenes anteriores del capitán y que el tiempo había empeorado aún más. Esas preocupaciones fueron obviadas.

Las tripulaciones de las lanchas trabajaron de 8 AM a 7 PM sin descansos y sin comer, sometidos al calor tropical y a un alto porcentaje de humedad. El estado alterado de la mar, la rompiente y los desplazamientos largos eran incómodos para los pasajeros y muy estresantes para la tripulación, que era consciente de que estaban operando en condiciones no seguras que se agravaron aún más por la falta de equipos de comunicación fiables. Se dieron varios incidentes de seguridad, incluyendo un “hombre al agua”, y pasajeros desembarcados en una playa cerca de animales salvajes.

Tras las operaciones del día, un miembro de la tripulación experimentó estrés mental y psicológico grave, que fue evaluado por el médico de a bordo más tarde. Después de elevar un reporte oficial al capitán detallando las cuestiones de seguridad, se convocó al tripulante a una reunión con el director del crucero y se le pidió que desembarcara en el siguiente puerto de escala.

El reporte expone cuestiones importantes referidas a la seguridad, en especial para los cruceros expedicionarios cuyo énfasis se pone en las excursiones del pasaje. La presión para responder a las expectativas de los pasajeros puede llevar a que los jefes de expedición prioricen la realización de las excursiones a toda costa. En este caso, el retraso causado por el transbordador varado probablemente creó una presión de tiempo adicional que puede haber empujado a los jefes de expedición a utilizar las lanchas del barco sin consultar al capitán. Al carecer de experiencia marítima, es posible que no comprendieran plenamente los riesgos de seguridad, especialmente si la tripulación que manejaba las lanchas no contaba con la formación adecuada. Ignorar las órdenes previas del capitán también socavó su autoridad, que se debilitó aún más cuando no retomó el control tras descubrir que se estaban utilizando las lanchas. CHIRP ha comprobado que no existen procedimientos operativos estándar en el sector para el traslado de pasajeros de cruceros, aparte de las directrices y procedimientos del Sistema de Gestión de la Seguridad (SMS) de cada compañía.

Una lancha del buque tiene, a la vez, limitaciones por su construcción (como la capacidad máxima de pasajeros o de condiciones de mar) y operacionales que tienen en cuenta la
movilidad de los pasajeros, la seguridad y la comodidad. Para ayudar a tomar mejores decisiones a bordo, se anima a las compañías a definir esos límites operacionales en sus Sistemas de Gestión de la Seguridad (SMS). Esos límites deberían incluir, no sólo condiciones climáticas o de la mar sino también los requisitos de movilidad de los pasajeros. Algunas compañías usan una sencilla “prueba del escalón” para evaluar si los pasajeros pueden embarcar o desembarcar de forma segura.

El uso de las lanchas del barco por personal no cualificado y sin el equipo de comunicaciones adecuado debería haberse percibido como un riesgo evidente para la seguridad y una violación clara del SMS de la compañía. Sin embargo, los jefes de expedición ignoraron esas cuestiones en aras de satisfacer la experiencia crucerística del pasaje. Varios pasajeros reportaron su preocupación por la seguridad a CHIRP.

La alta carga de trabajo de la tripulación, junto con el descanso y comida insuficientes, contribuyeron a comprometer la seguridad. El turno de 11 horas dejó a a los operadores de las embarcaciones fatigados, lo que condujo a riesgos que no se redujeron a niveles aceptables [As Low As Reasonably Practicable (tan bajo como sea razonablemente factible) o ALARP]
Además, el director del crucero no se preocupó de forma apropiada del miembro de la tripulación que sufrió estrés relacionado con el trabajo, lo que plantea cuestiones sobre la ética de las prácticas laborales de la compañía.

CHIRP puso esos problemas en conocimiento de la compañía, que los desestimó, por lo que se elevó el asunto a la administración de la bandera del buque y a la sociedad de clasificación, las cuales están actualmente investigando la cuestión.

Cultura- Cuando CHIRP contactó con la compañía, ésta se mostró desdeñosa lo que sugiere una cultura de la seguridad deficiente. Las consecuencias prácticas fueron una serie de violaciones de la seguridad, incluyendo ignorar las órdenes del capitán y el rechazo de las preocupaciones de la tripulación. A pesar de la evidencia objetiva con dos incidentes graves, se permitió que las conductas de riesgo continuaran sin intervención del capitán.

Adecuado para la finalidad- Ni las embarcaciones ni el equipo de comunicación eran adecuados para la tarea.

Competencia- Algunos de los miembros de la tripulación no estaban cualificados para operar las lanchas, y su capacidad se vio mermada por la fatiga sumada a las difíciles condiciones meteorológicas.

Comunicación- Hubo una fallo de comunicación entre el capitán, los jefes de expedición y las tripulaciones de las lanchas.

Trabajo en equipo- Los miembros del equipo estaban concentrados en objetivos diferentes y no hubo una comprensión compartida de los riesgos ni de la importancia de la seguridad. Se ignoraron los retos comunes y la tripulación no tenía la autoridad para “detener el trabajo” a pesar de los peligros.