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Cuasi accidente entre una embarcación de superficie no tripulada (USV) y un gran número de yates

Mientras se alejaban de un muelle de abastecimiento de combustible dentro de un puerto, una USV y su embarcación de apoyo se vieron rodeadas por una gran cantidad de veleros que entraban al puerto. Debido a la alta densidad de tráfico, ambas embarcaciones no pudieron maniobrar con seguridad, lo que resultó en un cuasi accidente. La situación representó un riesgo significativo para la vida y la propiedad, ya que varias embarcaciones estuvieron en peligro de colisión o de sufrir daños.

Este incidente pone de relieve los desafíos de operar embarcaciones de superficie no tripuladas (USV) en puertos concurridos junto a embarcaciones convencionales. Incluso las operaciones bien planificadas pueden generar riesgos cuando hay poco espacio para maniobrar y muchas otras embarcaciones presentes.

Todas las embarcaciones, sean tripuladas o no, deben cumplir plenamente con el Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes RIPA (COLREGs). Las USV deben ser tratadas como cualquier otra embarcación, y los demás usuarios a flote tienen la misma responsabilidad de mantener vigilancia y tomar medidas prontas y eficaces para evitar colisiones (Reglas 2, 5 y 6). Asimismo, los operadores de USV deben cumplir con las Reglas 8(e) y 8(f), además de todas las demás regulaciones aplicables.

El capitán y el operador remoto de una USV deben ser formalmente nombrados y, por lo general, se encuentran en tierra. En embarcaciones pequeñas, una persona puede desempeñar ambos roles, pero un operador remoto solo puede controlar una embarcación a la vez, mientras que un capitán puede tener varias bajo su mando.

Los marinos deben prever áreas congestionadas y mantener una alerta elevada, especialmente durante el arribo y la salida. Los operadores portuarios y los gerentes de buques deben garantizar que existan planes claros de gestión del tráfico y comunicación siempre que haya USV activas.

Las autoridades portuarias podrían considerar revisar las regulaciones locales y emitir directrices para las operaciones de USV en zonas de tráfico denso, tanto de ocio como comercial, incluyendo requisitos de señalización, monitoreo y coordinación con el control portuario.

Conciencia situacional – La densidad del tráfico superó la capacidad del equipo de la USV y su embarcación de apoyo para mantener una imagen mental clara de todos los contactos y sus intenciones.

Comunicación – Con múltiples embarcaciones, espacios reducidos y posiblemente diferentes operadores (yates, control de marina), la falta de comunicación o la ambigüedad en las intenciones podría provocar malentendidos.

Complacencia – Debido a que las salidas son rutinarias, los operadores pueden haber subestimado el riesgo de colisión, suponiendo que las embarcaciones cederían el paso o que el tráfico se resolvería por sí solo.

Prácticas locales – En algunos puertos, es común salir al tráfico intenso sin una secuencia o control claros. Este hábito local puede reducir los márgenes de seguridad y aumentar el riesgo de incidentes.

Conclusiones clave

Legisladores y autoridades: Lesgislen pensando en las embarcaciones del futuro, no solo en las conocidas. Las operaciones mixtas entre embarcaciones tripuladas y no tripuladas requieren procedimientos actualizados y supervisión reforzada. Integrar las USV en los sistemas portuarios y de tráfico marítimo (VTS), fortalecer los requisitos de coordinación y mejorar la formación y orientación son pasos esenciales para gestionar el tráfico futuro de forma segura.

Gerentes y operadores: Planifiquen para el tráfico intenso, no para la calma. Este evento subraya la necesidad de evaluaciones de riesgo realistas y coordinación previa a la salida que reflejen las condiciones reales de tráfico, no solo el plan operativo. La supervisión humana sigue siendo vital, y una gestión eficaz de la carga de trabajo entre los equipos de control de USV y las embarcaciones de apoyo es clave. La seguridad nunca debe verse comprometida por la presión de plazos o comercial.

Marinos: Si la situación no está clara, no te muevas. Este incidente destaca la importancia de mantener la conciencia situacional al operar en aguas congestionadas y reconocer que los sistemas no tripulados pueden tener limitaciones en percepción y maniobrabilidad. La comunicación clara y temprana sigue siendo esencial, y siempre es más seguro retrasar la salida que arriesgarse a una escalada de confusión o congestión.