Mientras navegaba de salida por el canal principal del puerto, un buque de gran tamaño sufrió un fallo en la máquina principal. El práctico informó a las autoridades y se dispuso la asistencia de remolcadores de inmediato. La velocidad del barco en el momento del fallo era de diez nudos y pudo mantener su rumbo hasta librar cualquier peligro con su propia arrancada.
La causa, una obstrucción en el suministro de combustible, fue reportada rápidamente como solucionada y el motor principal arrancó de nuevo. En ese momento, el buque que estaba aún haciendo cinco nudos, retomó su rumbo dentro del canal principal. El práctico desactivo los remolcadores después de que el capitán confirmó que el motor principal estaba funcionando correctamente.
En ese momento el práctico desembarcó pero poco después, se oyó al capitán contactar con las autoridades para solicitar una posición de fondeo para arreglar la máquina principal, contradiciendo lo que le había a dicho al práctico a bordo.